Ellos son sus guardianes; velan por las plantas, las flores, las frutas; cuidan las cosechas y se interesan especialmente por todas las tareas que tengan que ver con el cuidado de la casa. Se destacan, además, por su sentido práctico y por su habilidad para resolver todo tipo de problemas cotidianos. Les gusta ser consultados, porque el hecho de que se valore su opinión los halaga mucho. Usted puede contactarlos y consultarlos acerca de sus decisiones y proyectos, en relación con los problemas diarios frente a los
cuales todos nos encontramos día a día.
LLAMANDO SU ATENCIÓN
Para acercarse a los duendes, lo primero que hay que hacer es dejar claras señales de amistad. Como son criaturas susceptibles y bastante irritables, hay que tener mucho cuidado con la forma de dirigirse a ellos. Antes de intentar un contacto con estas criaturas, usted deberá preparar su hogar de un modo especial. A continuación, le indicamos cómo hacerlo:
EL CONTACTO
De lo que se trata es de lograr una comunicación fluida con estas simpáticas criaturas. Lo más importante, entonces, será la actitud con la que usted encare el proyecto. Lea todo lo que pueda sobre los gustos de los duendes. Averigüe cuáles son las cosas que les molestan y qué trato esperan recibir de las personas a las que se acercan. El deseo de recibirlos debe ser muy intenso, de lo contrario, no logrará comunicarse.
El trabajo ritual se lleva a cabo a través de afirmaciones. Para dialogar con estos seres, es necesario entrar en contacto con las fuerzas de la naturaleza del modo más armónico posible, sin fingir; ya que, si ellos se dieran cuenta, se tornarían sumamente molestos y hasta podrían manifestarse violentos. Pero, si todo va bien, y uno ha perdido la vergüenza de hablarles a las plantas o de expresar sus deseos en voz alta, en su jardín o en el lugar que preparó para ellos, entonces, su sensibilidad será capaz de entrar en contacto con estos reinos sutiles. Puede reforzar sus afirmaciones encendiendo una vela verde.
Duende del bosque
El gnomo de los bosques es, probablemente, el más común. Construye su casa en los árboles y se dedica al cuidado de plantas y flores. Sabe elaborar medicinas a partir de las hierbas. Una de las maneras más efectivas de atraerlo es a través de canciones pegadizas.
Duendes de las dunas
Se los encuentra en médanos y entre las rocas más grandes de la playa. Les gustan las piedras y los caracoles. Huyen de los sitios muy concurridos; por eso, sólo podrá tomar contacto con ellos si concurre a playas alejadas. Se acercan a la orilla cuando hay temporales y disfrutan construyendo castillos de arena.
Duendes de montaña
Su estación preferida es el invierno. Se ocultan en grietas y deambulan por pendientes abruptas, para salvar a esquiadores y alpinistas. Les gusta el chocolate y la ropa de lana multicolor. Bastante traviesos, pueden provocar avalanchas.
Gnomo de la granja
Se asemeja al gnomo de la casa pero es de naturaleza más constante y tradicional. Colabora en la elaboración de mantequilla, queso, pan y en todas las tareas propias de una granja. Uno de los aromas que más lo atrae es el del café recién hecho; por eso este gnomo, a diferencia de la mayoría, aparece durante el día, a la mañana bien temprano.
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